Calle 13 Enciende a Argentina con su irreverencia

El dúo, compuesto por René Pérez “Residente” y Eduardo Cabra “Visitante”, realizó dos presentaciones en un teatro de Buenos Aires con un lleno total, desechando la propuesta de un tercer show al haber tomado el previo compromiso de grabar un videoclip en una provincia del norte argentino, en Jujuy, a más de mil kilómetros de la capital del tango.

El teatro The Roxy sirvió como piloto de pruebas, dejando importantes conclusiones. Primero, que Calle 13 necesita más “espacio” físico para mostrar su estilo: The Roxy le quedó chico, agotándose rápidamente los tickets. Calle 13 ya es un exitazo con miles de adeptos en Argentina que conocen de memoria sus canciones, que ahora las escucharon en vivo, teniendo a sus integrantes al toque de sus manos.

Segundo, que Calle 13 impulsa su estilo a través de un excelente trabajo de difusión que lo acerca a una juventud argentina, impulsiva como todas, pero de particulares características en cuanto a que al artista que no le agrada, puede llegar a bajarlo del escenario sin problema alguno. A Calle 13, ya se le idolatra.

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El grupo conecta el lenguaje irreverente y crudo de sus letras, con una movida social en donde los jovencitos no se callan nada. Y no hay vuelta que darle. Una señora de tiempos en que decir culo era una mala palabra, y que asistió al show para acompañar a su hija reguetonera, se sorprendió por lo que expresaba y hacía en su actuación el líder de Calle 13, René Pérez: “¿Qué estoy escuchando?, ¡y se toca los genitales, se toca los genitales!... ¿qué es esto?...”, comentaba horrorizada.

La verdad es que, acompañando a su hija al show, o viendo luz y entrando al teatro por casualidad, o por pasión por lo musical, hay que tomar conciencia de que Calle 13 no tiene nada que ver con el bolero o Armando Manzanero, precisamente. La esencia del reguetón que ejecuta Calle 13 hay que tomarlo comprendiendo sus códigos o dejarlo, pero es indudable que pega duro en esta sociedad en que vivimos.

Nadie puede negar la autenticidad de lo que Calle 13 ofrece, y que es un reflejo de las necesidades de expresión de una juventud que asoma, como nunca, sin prejuicios ni falsedades. Algunos dicen que la juventud es un defecto que se cura con el tiempo, aunque éste resulte un pensamiento burgués como para analizar en otro momento.

Digamos como conclusión que Calle 13 advierte a Don Omar y a Daddy Yankee, anunciados para este año en Buenos Aires, que tienen el éxito casi asegurado.

Y, por cierto, Calle 13 abrió el mercado del reguetón puertorriqueño a lo grande y con características industriales.