| |

Filoso, agudo y en castellano


Vamos a faltarnos el respeto usando el alfabeto completo", cantan Residente y "la Mala" Rodríguez en "Mala suerte con el 13". Y de eso se trata el rap en castellano: tomar la lengua de Cervantes, flexibilizarla más allá de los límites, ensuciarla con vocablos del slang, del spanglish, de esos que surgen en las calles a diario, sean éstas las de Sevilla, San Juan de Puerto Rico o Buenos Aires. En menos de diez días, ambos pasarán por Buenos Aires: Residente con su hermano Visitante, para mostrar mañana y pasado mañana, en The Roxy Club, de qué se trata esa cruza de hip-hop con reggaeton que es marca registrada de Calle 13; "la Mala" con un DJ, dos MC, coristas y una artista visual, para rapear en el mismo sitio, pero el sábado 8 de septiembre.


El rap -y su cultura, el hip-hop-, la música urbana por excelencia en las últimas dos décadas, tiene en la española María "la Mala" Rodríguez y en los portorriqueños de Calle 13 a dos de sus principales exponentes de estos días. A ellos se suman, un escalón más abajo, los cubanos de Orishas con su fusión de rap con ritmos de la isla. Pero hay que ser justos, mirar por el espejo retrovisor y remitir, primero, a Illya Kuryaki & The Valderramas y, luego, al frente mexicano.

Con Fabrico cuero (91) los adolescentes Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur trasladaron al disco su juego favorito: el de rapear en castellano e inventar palabras. Tiempo después se sumaría al dúo la avanzada azteca, integrada por Molotov ( Dónde jugarán las niñas? ; 97); Control Machete ( Mucho barato ; 97), y Plastilina Mosh ( Aquamosh ; 98). Es más, compartirían varias giras por América latina y los Estados Unidos, como las Watcha Tour, junto con Café Tacuba, La Bersuit y otras bandas de diferentes estilos.

Reunión cumbre

En "Mala suerte con el 13", track cinco del segundo disco de Calle 13, Residente o Visitante , el dúo surgido en la patria grande del reggaeton formaliza una alianza transatlántica con "la Mala" Rodríguez, nativa de Cádiz, sevillana por adopción y crianza. Desde su casa, la chica de 29 años que comparte hogar con su esposo, el rapero cubano Mahoma y con el pequeño hijo de ambos, asegura que esa canción fue sólo la primera parte de un diálogo que, probablemente, continuará en su próximo disco. "La canción fue idea de René [Residente] y estoy segura de que vamos a volver a trabajar, quizá para mi próximo disco."

Buen rollo, ése es el término que utiliza esta mala llamada María que, por lo suave de su voz, no hace honor a su apodo. Ella aclarará que hace tiempo desterró el odio de su vida (las letras de sus primeros dos discos, Lujo ibérico y Alevosía , son más viscerales). En realidad, de chica siempre dijo lo que pensaba, sin anestesia, y fue en esos años que una tía le expidió un diagnóstico: "Es que esta niña es muy mala". Buen rollo es lo que hubo entre ella y el tándem de René Pérez (Residente) y Eduardo Cabra (Visitante).

"Grabar con ella fue muy chévere -admite Residente-. Recibí una llamada de ella y me sorprendió, porque yo la escuchaba desde hacía tiempo. Empezamos a trabajar por Internet con la idea que yo tenía de hacer algo sexual, pero en donde yo perdiera el poder. Luego nos encontramos en Miami, fluimos, salimos por ahí, bebimos, fuimos al estudio al otro día, corrimos el tiempo bien y trabajamos en conjunto."

Para "la Mala", su reciente Malamarismo es la carta de presentación en buena parte de América latina y en los Estados Unidos. Hasta aquí, era un secreto a voces entre los ya iniciados. "Con los años el rap en castellano dejó de ser underground y yo estoy muy contenta con lo que me toca vivir ahora -comenta la MC desde Sevilla-. Malamarismo es mi presente; he estado en la producción de cada tema. Con los discos anteriores me he dejado llevar por la intuición pero para éste sabía a dónde quería llegar. Para mí, Malamarismo es un ejercicio de equilibrio, es estar en la cuerda floja o tratar de no caerse."

Si de andar por la vida sin red se trata, nada como Calle 13, provocadores natos que juegan con el costado machista propio del reggaeton -y también de buena parte del rap, claro está-; le suman una cuota de ironía y lo devuelven a quien quiera oírlo. Mal no les va y acaban de volver a recibir el mimo de la industria: cuatro nominaciones son las que recibieron ayer para la próxima entrega de los Grammy Latinos.

"El reggaeton fue un movimiento genuino -dice Residente-, pero en los últimos años se volvió muy pop, con cantantes que venían de la balada que no tienen voz para el reggaeton. En nuestros dos discos hay reggaeton casi por obligación, pero nuestra música es una alternativa urbana, por eso estamos dispuestos a ir a todas partes con nuestra banda para que vean que es difícil encasillar a Calle 13."

Para entrar definitivamente en el mainstream, " la Mala" incluyó en su disco colaboraciones con Raimundo Amador, Tego Calderón y Julieta Venegas; Calle 13, se dejó producir por Gustavo Santaolalla ( Tango del pecado ), además de sumar a Vicentico y la figurita repetida: su compatriota Tego Calderón. Pero estaba claro que sus rimas agudas y filosas tenían los días contados en el under.

0 comentarios: