
Sabíamos que al presidente-Rey de Venezuela le gusta cantar las rancheras y que su formación diplomática se basa fundamentalmente en el estudio de las películas de Pedro Infante y Jorge Negrete y en los duelos de coplas que en estas acontecen, pero jamás imaginamos que sería capaz de grabar un disco con dichas canciones y, peor aún, que se atreviera a regalarlo a su pueblo como si fuera José Luis Rodríguez El Puma, a quien, hay que decirlo, Chávez le fusila el estilo para cantar.
Más allá de sus atentados a la política y a las libertades en su país, esto de su disco me afecta sensiblemente porque antes que nada es un atentado a la música y además me recuerda el patético caso del ecuatoriano Abdalá Bucaram, otro que como político era un gran cantante y que yo creía haber olvidado para siempre. Sin embargo, y a riesgo de parecerles esquizofrénico, deseo que su música le guste al pueblo y que se vuelva un éxito en la radio.
Parece que he enloquecido, pero créanme que no es así. Es sólo que si Chávez triunfa como cantante pop, Venezuela se libraría de un gobernante megalómano e imperialista al revés. ¿Imagínense si su disco llega a ganar un Grammy, o su canción se vuelve parte del soundtrack de una película y se gana un Oscar? ¿No les parece que la ambición de grandeza lo traicionaría al grado de abandonar el poder y ceder al encanto de los reflectores y el aplauso de las masas sin rostro?
Tal vez sea mucho onanismo mental, tal vez ya me estén afectando las desmañanadas, pero yo, por el cariño sincero que le tengo a la democracia y, sobre todo, a las venezolanas, le apuesto todas y cada una de mis canicas a su carrera como cantante.
Ahora bien, si se me permite una valoración estética, sinceramente creo que su género no es de ninguna manera el vernáculo, de entrada como que siento que el traje de charro le va a quedar muy apretado; me lo imagino con más facilidad vestido de grupero estilo Bronco y cantando: “Que no quede huella que no y que no, que no quede hueeeella”, aunque tengo la impresión de que lo suyo lo suyo, es el reggaetón.
Visualicen esto: Hugo Chávez, lentes oscuros, pantalón militar extra-ancho, camiseta negra, relojes de oro, cadenas, medallas, aretico en la orejita, tatuajes en los brazos, música de reggaetón... pum chipumpin pum chipumpin pum chipumpin pum chipumpin... y el Hugo Chávez haciendo un baile como de jugador de futbol americano y tirándole rollos a la gente onda Daddy Yankee, aunque claro, Daddy Yankee es un mal ejemplo porque es yankee, más bien onda Don Omar... don Hugo, “El Dictador del Reggaetón”, hasta suena bien... y el ritmo machacón de sus discursos al mismo son de pum chipumpin pum chipumpin pum chipumpin pum chipumpin...
Canciones de Siempre es el nombre de su disco, que presenta airoso el ranchero venezolano mientras su nuevo embajador en México, de cuyo nombre no quiero acordarme, se la hace de tos a Carlos Fuentes por atreverse a criticar a este dictador cantante.
¡Mucho éxito como cantante, don Hugo! ¡Le auguro un futuro prometedor en el maravilloso mundo del reggaetón! No tendrá que andar insultando escritores, eso déjeselo a Vicente Fox que se especializa en insultar a toda la literatura, sin distingos.
| Publicado por -aRcAnGeL- |
El dictador cantante
Etiquetas: Noticias de Reggaeton
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