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El reggaetón se mantiene en medio de la tormenta


Las declaraciones que emitieron Radhamés Jiménez, procurador de la República, y el director de la Dirección Nacional de Drogas (DNCD), Radhamés Ramírez Ferreira, que propone censurar el reggaetón, preocupan a intérpretes del ritmo, locutores y productores de espacios dedicados al género musical. Sin embargo, ellos defienden la música que hacen y promueven y, sobre todo, aclaran que no todos los intérpretes utilizan letras nocivas para incentivar al consumo de estupefacientes ni a la violencia.


“Ningún rapero del país le dice a la gente que use estupefacientes; ellos pueden decir que la ha usado, o que por su barrio la usan, no hay ningún tema de ellos que incite como tal a usar drogas”, declara Haim López, un promotor del género a través de sus espacios “Freestyle”, tanto en radio como en televisión.




“Esa música que incita a los jóvenes, niños y adolescentes al consumo de drogas, creo que no debe estar circulando en los medios audiovisuales y radiofónicos del país”, dijo el procurador de la República el pasado martes a los periodistas que asistieron a un acto. Luego el funcionario aclaró en un medio que se refería a temas específicos, no al género en general.

El procurador aclaró que no está opuesto al género como movimiento musical, mas señaló que “lo que no se puede permitir es que se aproveche el impacto de esta música para incitar al consumo o venta de drogas”. Se puede hacer rap, hip hop y reggaetón con letras decentes, entiende Nipo, uno de los intérpretes del rap que ha optado por una propuesta moderna, pero decente.

Locales
Nipo realizó la música para las películas “La maldición del padre Cardona” y “Yuniol” y se ha presentado en el Teatro Nacional (Premios Casandra 2005) y en otros escenarios de importancia. Su video sobre el tema “Amantes” se proyectó en Estados Unidos y canciones como “Sólo quiere bailar” son un ejemplo de lírica de respeto al género humano, especialmente a la mujer.

“Ni el procurador ni nadie va a detener la esencia de la música urbana”, dijo desde su estudio de New Jersey, el también productor musical que considera que cada emisora debe tener un filtro y cada oyente evaluar la calidad de cada producto para rechazar lo malo y quedarse con lo bueno.

Lo cierto es que la noticia de que “perseguirán”, el reggaetón, no ha caido bien, porque de alguna manera las autoridades dieron por entendido que todos los intérpretes del reggaetón, rap y de la música hip hop trabajan con el mismo criterio. Lo que desmiente Toxicrown: “No es como dicen, el reggaetón y el hip hop tienen muchas facetas, hay muchos que tenemos contenido positivo, por ejemplo tengo una canción que habla de los niños con cáncer, y en contra de las balas perdidas, enviando mensajes positivos”. Charlie Valens, el hombre de “100% urbano”, está de acuerdo en que debe existir alguna regulación, sin que ello signifique que haya que sacrificar los reggaetones.

“Los intérpretes de la música urbana han ido mejorando la lírica, aunque falta mucho por hacer; este aviso servirá para que los raperos locales limpien más su lírica, algo que siempre he venido promoviendo. Ahora la gente le presta más atención que antes no lo hacían”.

Jennifer Pérez, (“la más que produce”) propone a los que lanzaron el aviso de que revisen la música de El Lápiz, que a su entender es violenta. Otros coinciden con ella.

Las declaraciones del procurador y del jefe militar fueron reseñadas por medios internacionales y agencias de prensa como Asociated Press (AP) y EFE.

LA RADIO
El anuncio de que las autoridades perseguirán el “reggaetón” trae a la luz pública una serie de derivaciones que deben ser analizadas antes de seguir adelante.

Los propietarios de emisoras, programadores y DJ’s que trabajan en las mismas tienen una importancia enorme en la fama creada en el género, ya que si colocan las canciones sin un criterio definido de calidad en letra y música, pueden permitir que a través de sus ondas se emitan temas que degraden la humanidad y no que la edifiquen.

Esto hace que el público acostumbre su oído a la mediocridad lírica y musical y no aprenda a valorar el verdadero arte, a tal punto que la mayoría de las personas no saben diferenciar entre lo que es un reaggaetón, un rap o una fusion musical.

El jefe de la DNCD hizo el llamado “a los jefes de emisoras y los programadores que deben cooperar con uno y no poner a tocar o a sonar esas canciones de reggaeton”, dijo.

Los locutores afirman que muchos de los temas son editados para luego ser difundidos. “Yo, por ejemplo, no coloco ningún tema sin primero escucharlo”, dice Charlie Valens.

EN CAMPAÑA
“Hace mucho lo dije”
Ovandi Camilo es un locutor que tiene doce años en los medios de comunicación y cuatro años trabajando el género de la música urbana, a la que le ha dedicado muchas horas de estudio. Su programa “El partyzone del sábado” es una ventana a través de la cual coloca música urbana, al mismo tiempo que critica lo que entiende no está bien en el género.

El locutor desde hace unos años viene proponiendo que se limpie la radio de los temas de reggaetón y música urbana que atentan contra la moral y las buenas costumbres, sin emcontrar apoyo en ninguna autoridad. Fue de los que se opuso a que se presentaran en el país los puertorriqueños Wissin y Yandel, a quienes acusa de promover una música

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